domingo, 27 de mayo de 2012

Los inicios de la biblioteca


Prensa Libre
Fecha: 16 de septiembre de 1957
Año VII No. 1905
12-13 págs.




Biblioteca: sus inicios

Este centro de cultura fundado por el Gobierno del general Barrios en 1879, y puesto al servicio público el 24 de junio del año siguiente, ha peregrinado por distintos sectores de la ciudad, hasta encontrar un incómodo descanso en el lugar que hoy ocupa, en el salón contiguo a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

El acuerdo en cuestión en su fase considerativa, entre otras cosas, indica que este centro será uno de los medios más eficaces de propagar toda clase de conocimientos útiles, “y advierte así mismo que esta capital, no obstante su importancia, carece un establecimiento de este género a donde todos puedan concurrir a adquirir la instrucción que gusten, con la lectura de obras escogidas”.

Según el acuerdo de fundación, la Biblioteca funcionaría en “uno de los salones más adecuados del edificio de la Sociedad Económica” “y sus primeros volúmenes  serían los de la propia Sociedad, así como los existentes en las bibliotecas particulares de la Universidad, la Escuela Politécnica, la Escuela de Artes  y Oficios y los pertenecientes a los extinguidos conventos”.

Al disolverse la Sociedad Económica por disposición gubernativa de fecha 20 de abril de 1881, su local fue ocupado por la Representación Nacional y la Biblioteca pasó entonces al edificio en donde hasta entonces había funcionado la Asamblea.


 



Su reglamento
El 27 de octubre del mismo año en que se fundó, el Gobierno emitió un reglamento, por medio del cual se reglaba la forma en que la Biblioteca desplegaría sus actividades. En ese Reglamento compuesto de 14 artículos, hay disposiciones que se establece que dependerá del Ministerio de Instrucción Pública y que se dividirá en cinco secciones a saber: Derecho, Medicina, Ciencias Físico – Matemáticas, Humanidades y Miscelánea.

En la sección de Derecho correspondería: Derecho Patrio, códigos y leyes extranjeras, disertaciones de jurisconsultos, Derecho Canónico Natural y Romano, Derecho de Gentes, Público y Administrativo, Práctica Forense, Economía Política, y en general todo lo comprendido bajo la denominación de Ciencias Políticas y sociales. 

La sección Médica debía comprender: Historia natural, Anatomía, Fisiología e Higiene, Patologías, Materia Médica y Terapéutica, y todo aquello que estuviera enmarcado dentro de la denominación de ciencias médicas.

 La rama tercera debía ocupar: Matemáticas, Astronomía, Física, Química, Mecánica, Meteorología y todo lo que se comprenda en la denominación de ciencias exactas puras o aplicadas. 

A la cuarta sección: tratados sobre idiomas muertos y vivos. Literatura, Filosofía, Geografía e Historia, Retórica y Poética: y finalmente, en la sección de miscelánea debían incluirse las enciclopedias, los periódicos, las relaciones de viajes, industria, bellas artes, novelas y demás obras que no estén comprendidas en las anteriores ramas.
 
 


 
Su inauguración

Día de gran fiesta para la cultura de Guatemala, fue el 24 de junio de 1880 cuando se hizo efectivo el Acuerdo que creó la Biblioteca Nacional al inaugurarse este centro en uno de los salones de la Asamblea Legislativa en el mismo lugar en que hoy funciona el Congreso de la República.

Un entusiasmo inusitado se desbordó con finas elocuencias los servicios de la Biblioteca. Su discurso inaugural es toda una pieza en los campos de la Literatura. Habló al pueblo entre otras cosas, de los valores supremos de la humanidad y afirmó que esta Biblioteca es un elemento de reforma y consolidación política y que ella viene a completar el plan de regeneración del país por la libertad y por la luz.



 
Su peregrinaje

Es cierto que el gobierno de Barrios fundó una Biblioteca pero también es verdad que desde hace 78 años, esa biblioteca no había sido dotada de un local acorde con su jerarquía. Del edificio de la Asamblea fue trasladada como consecuencia de los terremotos de 1917 a la casa que hoy ocupa la Escuela de Artes y oficios Femeniles, frente al parque Morazán. Más tarde por diferentes circunstancias, se ve el Gobierno en la necesidad de colocar sus anaqueles en el salón que da a la 10ª. Calle.


Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer


El majestuoso edificio de la Biblioteca Nacional, ubicado entre las mismas calles pero sobre la 5ª. Avenida es más grande que el del Archivo y sus estructura se yergue desde hoy como un símbolo de progreso dentro del aspecto ornamental de la ciudad.

Durante los primeros años nos pudo conseguirse ninguna aceleración en la construcción y los trabajos hubieron de suspenderse en 1951 por el término de seis meses.

No ha sido sino después de nueve años, cuando se ha vuelto realidad el diseño arquitectónico y estructural elaborado por los ingenieros Rafael Pérez de León y  Enrique Riera.


Un sótano y dos pisos
El nuevo edificio que es línea recta, es lo suficientemente espacioso y en él resultará muy pequeña nuestra biblioteca. En el sótano funcionarán la hemeroteca y la recepción y desinfección de libros, dos depósitos destinados a la reparación de obras, tres bodegas, un catálogo unido, una biblioteca infantil, un cuarto de transformadores, las habitaciones del guardián y dos servicios sanitarios completos.



El primer piso cuyo enorme pórtico está adonado con mármol extraído de las ricas vetas de San Juan Sacatepéquez, tiene a los lados de sus entradas seis murales con motivos mayas, pintados por el artista Antonio Tejeda.
Un espacioso hall es lo primero que el público encuentra en lugares adecuados han sido colocados los mostradores de préstamo de libros así como escritorios y ficheros también en este piso están las oficinas destinadas al director, la secretaría, la sala de oficiales, una mapoteca, dos grandes salones de lectura, dos cuartos de limpieza y tres servicios sanitarios.


Cabe mencionar que los dos grandes salones de lectura, están colocados uno sobre la 7ª. Calle y el otro sobre la 8ª y que ambos tienen de su tamaño – 360 metros cuadrados cada uno – tienen suficiente iluminación natural y artificial. Se estima que por lo menos 100 personas podrán dedicarse a leer con toda comodidad cada uno de ellos.

En el segundo piso se han localizado dos grandes salas que dotadas de las divisiones civiles indispensables, servirán para las colecciones especializadas, se encuentran también allí la galería de exposiciones, un elegante salón de actos y dos servicios sanitarios.

 En una serie de 9 pisos construidos hacia el fondo, están los depósitos de libros los cuales consisten en estanterías metálicas confeccionadas especialmente y que tienen capacidad para un total de 33,000 volúmenes pudiendo ampliarse a 400,000.



Un monta – cargas automático recorrerá los nueve pisos, facilitarán la tarea de bajar y llevar los libros. Un elevador ha sido colocado en esta misma sección para el servicio de las personas.




 
Contra los incendios

Ningún detalle pasó inadvertido en la construcción de la espaciosa obra y es de esta manera como en ella se ha instalado un sistema de tuberías y bocas para mangueras, permitirán sofocar, en un momento dado y con una rapidez, cualquier incendio que pudiera provocarse. Naturalmente, este servicio cuidadosamente colocado no puede menos que asegurar hasta donde es posible la preservación de los valiosos y en muchos casos insustituibles libros y documentos propiedad de la Biblioteca.

Todos los materiales del edificio son incombustibles y a pesar de ello no se omitió nada que viniera a garantizar en mejor forma la seguridad del patrimonio cultural del centro. Los cielos del primero y segundo piso han sido cubiertos con material acústico importado especialmente y las múltiples lámparas se pidieron del modelo más reciente y adecuadas para salas de lectura. Un sistema de relojes electrónicos viene a cerrar con broche de oro las numerosas dotaciones con que cuenta el edificio. 



Su costo total
Al momento de su inauguración la Biblioteca Nacional ha costado al estado la suma de Q750.000 los que reparten en nueve años de trabajo en los que se elaboraron un promedio de 150 trabajadores. La contabilidad seguida en esta obra durante el largo período de su construcción, indica que el Archivo y la Biblioteca –producto de un mismo proyecto – cuestan Q1.250.000 dado que la parte del Archivo acusó una erogación de Q500.000



La Biblioteca Nacional es sin duda alguna el más hermoso y elegante de los tres edificios que hoy ha inaugurado el Gobierno. Su moderna arquitectura y sus bellos adornos de mármol nacional, lo hacen aparecer como una construcción fastuosa que se distingue en el corazón de la ciudad. La gráfica muestra el frente del nuevo edificio que desde esta fecha ha quedado al servicio de la cultura del país.

Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer

3 comentarios:

  1. Es bueno saber la historia de uno de los edificios preciosos que tenemos en nuestro país, y su importancia.
    Wilson Hernández

    ResponderEliminar
  2. Mi nombre es Jose Dardón. Todos los datos están bien, pero en ningún momento mencionan cuando se inició y cuando se concluyó la obra. Es fundamental tener esos datos en una reseña histórica.

    ResponderEliminar